41 Versículo de la Biblia sobre guardar tus ojos y oídos

“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazónPorque de él mana la vida”

— Proverbios 4:23

Proverbios 4:23 nos exhorta a guardar el corazón con diligencia, ya que de él brotan los manantiales de la vida. Este versículo destaca la importancia de cuidar lo que permitimos entrar a través de nuestros ojos y oídos, ya que influye directamente en nuestro corazón y, por ende, en nuestras acciones y decisiones. Mantener un corazón puro y enfocado en la sabiduría divina nos protege de influencias negativas y nos guía por el camino de la rectitud.

“No pondré delante de mis ojos cosa injustaAborrezco la obra de los que se desvíanNinguno de ellos se acercará a mí”

— Salmos 101:3

El versículo de Salmos 101:3 dice: “No pondré delante de mis ojos cosa injusta; aborrezco la obra de los que se desvían; ninguno de ellos se acercará a mí”. Este versículo subraya la importancia de proteger lo que permitimos entrar en nuestros corazones y mentes a través de nuestros ojos y oídos. Nos insta a evitar la maldad y a mantenernos alejados de las influencias corruptas, fomentando una vida de integridad y pureza espiritual al centrar nuestra atención en lo que es justo y agradable a Dios.

“La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz”

— Mateo 6:22

El versículo de Mateo 6:22 dice: “La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz”. Este pasaje enfatiza la importancia de cuidar lo que permitimos entrar a través de nuestros ojos y oídos, ya que ellos influyen en nuestro interior y nuestras acciones. Un ojo “bueno” simboliza pureza e integridad, guiándonos hacia una vida llena de luz y rectitud. Guardar nuestros sentidos es vital para mantenernos espiritualmente saludables y en sintonía con la voluntad divina.

“El que guarda su boca su lenguaSu alma guarda de angustias”

— Proverbios 21:23

Proverbios 21:23 dice: “El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de angustias.” Este versículo resalta la importancia de controlar lo que decimos y escuchamos. Al ser cuidadosos con nuestras palabras y lo que permitimos entrar en nuestra mente a través de nuestros oídos, protegemos nuestro bienestar emocional y espiritual. La sabiduría bíblica nos enseña que el autocontrol y la vigilancia sobre nuestras acciones internas y externas pueden prevenirnos de muchas dificultades y sufrimientos innecesarios.

“Tus ojos miren lo rectoY diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante”

— Proverbios 4:25

Proverbios 4:25 dice: “Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante”. Este versículo nos exhorta a mantener nuestra atención y enfoque en lo que es correcto y justo. En un mundo lleno de distracciones, es esencial guardar nuestros ojos y oídos de influencias negativas. Al hacerlo, podemos caminar con integridad y propósito, asegurándonos de que nuestras acciones reflejen nuestros valores y nuestra fe. Mantener la vista en lo recto nos guía hacia una vida plena y significativa.

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”

— Filipenses 4:8

Filipenses 4:8 nos exhorta a enfocar nuestros pensamientos en todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable y digno de alabanza. Este versículo nos invita a ser cuidadosos con lo que permitimos entrar por nuestros ojos y oídos, ya que aquello en lo que meditemos influirá en nuestro corazón y acciones. Al seleccionar cuidadosamente lo que contemplamos y escuchamos, podemos cultivar una mente y espíritu saludables, alineados con los valores cristianos y la voluntad de Dios.

“Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”

— Colosenses 3:2

Colosenses 3:2 nos exhorta a “poner la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”. Este versículo nos invita a enfocar nuestros pensamientos y deseos en valores eternos, más que en lo temporal. Guardar nuestros ojos y oídos implica ser selectivos con lo que permitimos influenciar nuestro corazón y mente. Al centrar nuestra atención en lo celestial, cultivamos una vida espiritual más profunda y protegemos nuestro espíritu de distracciones y tentaciones mundanas.

“Aparta mis ojos, que no vean la vanidadAvívame en tu camino”

— Salmos 119:37

El Salmo 119:37 dice: “Aparta mis ojos de mirar la vanidad, y vivifícame en tu camino”. Este versículo nos insta a desviar nuestra atención de las distracciones mundanas y superficiales que pueden alejarnos de nuestro propósito espiritual. Nos recuerda la importancia de proteger nuestros ojos y oídos de influencias que no edifican, para enfocarnos en el camino de Dios. Al pedirle al Señor que nos vivifique, buscamos renovar nuestra vida espiritual y mantenernos firmes en nuestra fe.

“Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”

— Mateo 5:29

Mateo 5:29 nos enseña sobre la importancia de proteger nuestros sentidos para mantener una vida espiritual pura. El versículo sugiere que, si algo nos lleva a pecar, debemos deshacernos de ello, incluso si es tan valioso como un ojo. Esta metáfora subraya la necesidad de evitar las influencias negativas que entran a través de nuestros ojos y oídos, instándonos a ser vigilantes y disciplinados en nuestras elecciones para mantenernos en el camino correcto y alejados del pecado.

“Hice pacto con mis ojos¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?”

— Job 31:1

Job 31:1 dice: “Hice un pacto con mis ojos; ¿cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?” En este versículo, Job expresa su compromiso de mantener la pureza y la integridad en su vida, comenzando con la forma en que dirige su mirada. Al hacer un pacto con sus ojos, Job se propone evitar el deseo y la tentación. Este pasaje nos enseña la importancia de ser conscientes y cuidadosos con lo que permitimos entrar en nuestro corazón a través de nuestros ojos y oídos.

“Oye, hijo mío, sé sabioY endereza tu corazón al camino”

— Proverbios 23:19

Proverbios 23:19 aconseja: “Escucha, hijo mío, y sé sabio; endereza tu corazón por el buen camino”. Este versículo enfatiza la importancia de prestar atención y ser prudente en la vida. Relacionado con el tema de guardar tus ojos y oídos, sugiere que debemos ser cuidadosos con lo que permitimos que influya en nuestro corazón y mente. Al proteger nuestros sentidos de influencias negativas, podemos mantenernos en el camino de la sabiduría y la rectitud.

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable perfecta”

— Romanos 12:2

Romanos 12:2 nos exhorta a no conformarnos a los patrones de este mundo, sino a ser transformados mediante la renovación de nuestra mente. Este versículo destaca la importancia de proteger nuestros ojos y oídos de influencias negativas que puedan alejarnos de la voluntad de Dios. Al centrar nuestra atención en lo que es bueno, agradable y perfecto, permitimos que nuestra mente sea renovada por el Espíritu Santo, lo que nos ayuda a discernir y vivir conforme a los propósitos divinos.

“Derribando argumentos toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”

— 2 Corintios 10:5

2 Corintios 10:5 nos exhorta a derribar argumentos y toda altivez que se opone al conocimiento de Dios, llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. Este versículo nos recuerda la importancia de proteger nuestros ojos y oídos de influencias negativas que puedan alejarnos de Dios. Al guardar lo que vemos y escuchamos, podemos mantener nuestros pensamientos alineados con la voluntad de Dios y vivir una vida más obediente y centrada en Cristo.

“Examinadlo todo; retened lo bueno”

— 1 Tesalonicenses 5:21

1 Tesalonicenses 5:21 nos exhorta a “examinarlo todo y retener lo bueno”. Este versículo nos invita a ser discernidores cuidadosos, evaluando lo que vemos y escuchamos a la luz de la verdad. En un mundo lleno de información y distracciones, es crucial proteger nuestros ojos y oídos, filtrando lo que consume nuestra mente y corazón. Al enfocarnos en lo que es bueno, verdadero y edificante, fortalecemos nuestra fe y cultivamos una vida espiritual saludable.

“Guarda tu lengua del malY tus labios de hablar engaño”

— Salmos 34:13

El versículo de Salmo 34:13 nos exhorta a proteger lo que decimos y escuchamos, sugiriendo que nuestras palabras y lo que permitimos entrar en nuestros oídos y ojos pueden influir en nuestro corazón y espíritu. Al guardar nuestra lengua del mal y nuestros labios de hablar engaño, cultivamos un entorno más puro y edificante para nosotros mismos y quienes nos rodean. Este versículo resalta la importancia de mantenernos vigilantes sobre nuestras acciones y pensamientos, promoviendo una vida de integridad y paz.

“Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse”

— Santiago 1:19

El versículo de Santiago 1:19 nos exhorta a ser “prontos para oír, tardos para hablar, tardos para la ira”. Este pasaje destaca la importancia de controlar nuestros impulsos y ser receptivos a las palabras de los demás. Guardar nuestros ojos y oídos implica prestar atención a lo que permitimos que influya en nosotros. Al ser cuidadosos con lo que escuchamos y vemos, podemos cultivar una vida más centrada en la sabiduría y la paciencia, evitando reacciones impulsivas y fomentando la paz interior.

“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”

— Efesios 4:29

Efesios 4:29 nos exhorta a cuidar nuestras palabras, asegurándonos de que sean edificantes y beneficiosas para quienes nos escuchan. Este versículo resalta la importancia de usar nuestro lenguaje para construir y no destruir, promoviendo la gracia entre los oyentes. En el contexto de guardar nuestros ojos y oídos, el versículo nos recuerda que lo que permitimos entrar en nuestros corazones y mentes debe reflejarse en nuestras palabras y acciones, manteniendo un enfoque en lo que es puro y constructivo.

“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”

— 1 Juan 2:16

1 Juan 2:16 nos advierte sobre los peligros de los deseos mundanos, que incluyen los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida. Este versículo nos insta a proteger nuestros ojos y oídos de las influencias que nos alejan de Dios. Al centrarnos en lo espiritual y no en lo material, podemos evitar que estos deseos nos dominen. Guardar nuestros sentidos es crucial para mantener una vida en armonía con la voluntad de Dios.

“La muerte la vida están en poder de la lenguaY el que la ama comerá de sus frutos”

— Proverbios 18:21

Proverbios 18:21 dice: “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.” Este versículo resalta la importancia de nuestras palabras y cómo pueden influir en nuestra vida y la de los demás. Relacionándolo con el tema de guardar nuestros ojos y oídos, nos recuerda que debemos ser cuidadosos con lo que permitimos entrar en nuestra mente, ya que lo que escuchamos y vemos puede afectar lo que decimos, y a su vez, impactar nuestras acciones y relaciones.

“La lengua apacible es árbol de vidaMas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu”

— Proverbios 15:4

Proverbios 15:4 dice: “La lengua apacible es árbol de vida, pero la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu”. Este versículo destaca el poder de las palabras y su impacto en nuestras vidas. Una lengua amable y cuidadosa puede ser fuente de vida y sanación, mientras que palabras malintencionadas pueden causar daño y sufrimiento. En el contexto de guardar nuestros ojos y oídos, nos recuerda ser cuidadosos con lo que decimos y escuchar palabras que edifican, evitando la negatividad y el daño.

“Sean gratos los dichos de mi boca la meditación de mi corazón delante de tiOh Jehová, roca mía, redentor mío”

— Salmos 19:14

El Salmo 19:14 dice: “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Señor, roca mía y redentor mío”. Este versículo nos invita a reflexionar sobre la importancia de mantener nuestros pensamientos y palabras en armonía con la voluntad de Dios. Relacionado con guardar nuestros ojos y oídos, nos recuerda que lo que permitimos que entre en nuestros sentidos afecta nuestra mente y corazón, y debemos esforzarnos por que todo lo que hagamos sea agradable a Dios.

“Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, aun se os añadirá a vosotros los que oís”

— Marcos 4:24

El versículo de Marcos 4:24 dice: “Presten atención a lo que oyen”, enfatizando la importancia de ser conscientes de la información que recibimos. En el contexto del tema “guardar tus ojos y oídos”, este versículo nos recuerda la necesidad de proteger nuestra mente y espíritu de influencias negativas. Al cuidar lo que escuchamos y vemos, podemos fortalecer nuestra fe y crecer espiritualmente, permitiendo que solo lo que edifica y es verdad entre en nuestro corazón y mente.

“La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas”

— Lucas 11:34

El versículo de Lucas 11:34 dice: “La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando es malo, también tu cuerpo está en tinieblas.” Este pasaje nos enseña la importancia de cuidar lo que dejamos entrar a través de nuestros sentidos, especialmente los ojos. Al enfocarnos en lo que es puro y luminoso, permitimos que nuestra vida se llene de bondad y verdad. Por tanto, debemos proteger nuestros ojos y oídos, eligiendo con sabiduría lo que vemos y escuchamos.

“Pon guarda a mi boca, oh JehováGuarda la puerta de mis labios”

— Salmos 141:3

El versículo bíblico Salmo 141:3 dice: “Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios.” Este versículo resalta la importancia de controlar lo que decimos y, por extensión, lo que permitimos entrar por nuestros ojos y oídos. Pide a Dios que nos ayude a vigilar nuestras palabras, ya que estas reflejan y pueden influir en nuestro corazón y mente. Al mantener una vigilancia consciente sobre nuestros sentidos, podemos vivir de manera más íntegra y alineada con los principios divinos.

“PorqueEl que quiere amar la vidaY ver días buenosRefrene su lengua de malY sus labios no hablen engaño”

— 1 Pedro 3:10

1 Pedro 3:10 enfatiza la importancia de controlar nuestras palabras y acciones para vivir una vida plena y pacífica. Este versículo insta a abstenerse de hablar mal y a evitar el engaño, lo cual es crucial para guardar nuestros ojos y oídos de influencias negativas. Al cuidar lo que decimos y escuchamos, cultivamos un ambiente de paz y verdad. Esta disciplina nos ayuda a mantenernos en el camino correcto y a vivir de acuerdo con los valores cristianos, fomentando relaciones armoniosas con los demás.

“Manantial de vida es la boca del justoPero violencia cubrirá la boca de los impíos”

— Proverbios 10:11

Proverbios 10:11 dice: “Manantial de vida es la boca del justo, pero violencia cubrirá la boca de los impíos”. Este versículo nos recuerda la importancia de las palabras que pronunciamos. La boca del justo emite palabras que dan vida, paz y edificación, mientras que la boca de los impíos tiende hacia la violencia y el daño. Guardar nuestros ojos y oídos implica ser conscientes de las influencias que permitimos en nuestras vidas, asegurando que nuestras palabras reflejen justicia y bondad.

“No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre”

— Mateo 15:11

Mateo 15:11 dice: “No lo que entra en la boca contamina al hombre, sino lo que sale de la boca, eso contamina al hombre”. Este versículo nos recuerda la importancia de cuidar lo que decimos y hacemos, ya que nuestras palabras y acciones reflejan nuestro corazón. En el contexto de guardar tus ojos y oídos, implica que debemos ser conscientes de lo que permitimos que influencie nuestro interior. Las palabras y pensamientos negativos pueden corrompernos, por lo que debemos cultivar un corazón puro y lleno de bondad.

“Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espadaMas la lengua de los sabios es medicina”

— Proverbios 12:18

Proverbios 12:18 dice: “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina.” Este versículo destaca el poder de las palabras para herir o sanar. En el contexto de guardar tus ojos y oídos, sugiere que debemos ser cuidadosos con lo que permitimos entrar en nuestro corazón, ya que las palabras y mensajes que escuchamos pueden influir en nuestras acciones y pensamientos. Elegir palabras sabias y edificantes nos guía hacia la paz y la sanación.

“El que ahorra sus palabras tiene sabiduríaDe espíritu prudente es el hombre entendido”

— Proverbios 17:27

Proverbios 17:27 dice: “El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; de espíritu prudente es el hombre entendido.” Este versículo nos enseña la importancia de la moderación en el habla y la prudencia al escuchar. Al guardar nuestros ojos y oídos, podemos ser más sabios y considerados en nuestras respuestas. Evitar hablar impulsivamente y prestar atención a lo que permitimos entrar en nuestra mente nos ayuda a cultivar un corazón comprensivo y un espíritu discernidor.

“Mirad, pues, con diligencia cómo éis, no como necios sino como sabios”

— Efesios 5:15

Efesios 5:15 nos exhorta a vivir con sabiduría y cautela, prestando atención a cómo conducimos nuestras vidas. En el contexto de guardar nuestros ojos y oídos, este versículo nos recuerda la importancia de ser conscientes de lo que permitimos que influya en nosotros. Debemos ser selectivos con lo que vemos y escuchamos, asegurándonos de que nuestras elecciones diarias reflejen la sabiduría y la voluntad de Dios. Al hacerlo, cultivamos una vida que honra a Dios y nos protege de influencias negativas.

“Para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros irreprensibles para el día de Cristo”

— Filipenses 1:10

Filipenses 1:10 insta a los creyentes a discernir lo que es verdaderamente importante y puro, para que puedan vivir vidas irreprochables hasta el regreso de Cristo. Este versículo resalta la importancia de proteger nuestros ojos y oídos de influencias negativas, alentándonos a enfocar nuestra atención en lo que edifica nuestra fe. Al guardar nuestros sentidos, cultivamos un corazón más puro y una mente más clara, permitiéndonos tomar decisiones que reflejen los valores y principios del Evangelio.

“El que camina en justicia habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala”

— Isaías 33:15

Isaías 33:15 destaca la importancia de la integridad y la pureza en nuestra vida diaria. El versículo nos llama a ser cuidadosos con lo que permitimos entrar por nuestros ojos y oídos, instándonos a rechazar la injusticia y la maldad. Al guardar nuestros sentidos de influencias negativas, protegemos nuestro corazón y mente, fortaleciendo así nuestra relación con Dios. Este versículo nos recuerda que vivir rectamente implica una vigilancia constante sobre lo que consumimos visual y auditivamente.

“Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien del mal”

— Hebreos 5:14

Hebreos 5:14 dice: “Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”. Este versículo destaca la importancia de cultivar la madurez espiritual para discernir correctamente. Al guardar nuestros ojos y oídos, estamos entrenando nuestros sentidos para distinguir lo bueno de lo malo. Este discernimiento es esencial para vivir una vida que honre a Dios y nos proteja de influencias dañinas.

“Inclina tu oído oye las palabras de los sabiosY aplica tu corazón a mi sabiduría”

— Proverbios 22:17

Proverbios 22:17 nos llama a prestar atención y escuchar con sabiduría. Este versículo nos invita a inclinar nuestros oídos al conocimiento y guardar nuestros ojos en lo que es edificante. Al centrar nuestra atención en las enseñanzas correctas, cultivamos un corazón sabio y entendimiento verdadero. En un mundo lleno de distracciones, es crucial enfocar nuestros sentidos en lo que nos acerca a la verdad y a una vida recta, alineándonos con los principios divinos.

“Oirá el sabio, aumentará el saberY el entendido adquirirá consejo”

— Proverbios 1:5

Proverbios 1:5 dice: “Oirá el sabio y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo”. Este versículo nos enseña la importancia de ser receptivos a la sabiduría y el conocimiento. Al guardar nuestros ojos y oídos, podemos discernir lo que es valioso y edificante, permitiendo que la sabiduría nos guíe. Al estar atentos a buenos consejos y enseñanzas, cultivamos un corazón entendido, que busca crecer y mejorar constantemente. Esto nos ayuda a tomar decisiones sabias y prudentes en la vida.

“Escucha, pueblo mío, mi leyInclinad vuestro oído a las palabras de mi boca”

— Salmos 78:1

El versículo de Salmo 78:1 dice: “Escucha, pueblo mío, mi enseñanza; inclina vuestro oído a las palabras de mi boca”. Este versículo nos exhorta a prestar atención y abrir nuestros oídos a la sabiduría y las enseñanzas divinas. Guardar nuestros ojos y oídos implica ser selectivos con lo que permitimos que influya en nuestra mente y corazón, eligiendo siempre la guía de Dios. Al hacerlo, cultivamos una vida más alineada con sus principios y propósitos.

“Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padreY no dejes la enseñanza de tu madre”

— Proverbios 6:20

Proverbios 6:20 instruye a los hijos a guardar las enseñanzas de sus padres y no olvidar sus consejos. En el contexto de cuidar nuestros ojos y oídos, este versículo nos recuerda la importancia de prestar atención a las enseñanzas sabias que nos guían para evitar distracciones y tentaciones. Al seguir estos principios, protegemos nuestra mente y corazón de influencias negativas, manteniendo un camino recto y virtuoso según los valores aprendidos desde la infancia.

“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca”

— Mateo 7:24

El versículo de Mateo 7:24 enfatiza la importancia de escuchar y practicar las enseñanzas de Jesús. Al igual que un hombre prudente que construye su casa sobre la roca, quienes guardan sus ojos y oídos, centrándose en lo que es bueno y verdadero, establecen una base sólida en su vida espiritual. Al proteger lo que ven y oyen, fortalecen su fe y resistencia ante las dificultades. Este versículo nos invita a ser cuidadosos con las influencias externas y a vivir conforme a los principios divinos.

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malosNi estuvo en camino de pecadoresNi en silla de escarnecedores se ha sentado”

— Salmos 1:1

El Salmo 1:1 nos instruye sobre la importancia de evitar influencias negativas y mantenernos en el camino correcto. Este versículo nos recuerda que la felicidad y la bienaventuranza vienen al no seguir el consejo de los impíos, ni detenernos en el camino de los pecadores, ni sentarnos en la silla de los escarnecedores. Al cuidar lo que permitimos entrar por nuestros ojos y oídos, protegemos nuestra mente y corazón, manteniéndonos firmes en la justicia y la sabiduría divina.

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo”

— 1 Juan 4:1

1 Juan 4:1 nos exhorta a ser discernidores espirituales, instándonos a no creer ciegamente en todo espíritu, sino a probarlos para ver si son de Dios. En el contexto de cuidar nuestros ojos y oídos, este versículo subraya la importancia de vigilar lo que absorbemos a través de nuestros sentidos. Nos invita a ser conscientes y críticos con la información y las influencias que permitimos en nuestras vidas, asegurándonos de que alinean con la verdad divina y no nos desvían del camino correcto.